Meditando en una de mis expediciones a la Cordillera Real llegué a la conclusión que la mejor forma de conocer a una persona en todas sus facetas es: primero, conversando sobre temas de interés común, por que así conoces las aficiones y gustos de la persona; segundo, jugando algún juego competitivo o de roce físico, ya que de esa manera se puede llegar a conocer el carácter y la paciencia; y tercero, viajando, pues de esa forma puedes percibir la personalidad, los valores, su visión de la vida y el modo de comportamiento que tiene.
Conociendo plenamente a la persona se puede llegar a ser amigo de ésta y creo que sólo en una de las 54 carreras de la Universidad Mayor de San Andrés se forja la verdadera amistad y me refiero a la Carrera de Turismo, pues creo que los viajes que se realizan ayudan a nacer, fortalecer y hacer duradera una amistad. En el viaje se vive, se siente, se conoce y se eliminan prejuicios, eso lleva a los amigos a compartir todas sus facetas personales, culturales y relacionarse de mejor forma. Existen amistades de todo tipo, pero la que se forma entre los estudiantes de esta carrera es una de las más especiales, pues se conocen tan bien que uno sabe todo sobre el otro y viceversa, además de ello el viaje contribuye a la formación personal de cada persona mejorando en demasía el aspecto humano. Sin duda las verdaderas amistades se forman en la universidad y doy cuenta de ello por que encontré amigos y amigas sin condicionamientos que me aceptaron tal como soy y eso es lo que más valoro de ellos.
Cuantos recuerdos se me vienen a la mente cuando escucho la arenga “viaje, cultura y compañerismo…..adelante TURISMO”. Recuerdo muy bien cuando hace dos años realizamos el bautizo donde cada estudiante gritaba la frase que nos caracteriza, fue emocionante ver a compañeros identificarse con la carrera, pues ellos iban a vivir lo que las generaciones anteriores habíamos vivido.
Conocer Bolivia sobre un bus, una lancha o un avión es lo mejor que un estudiante de Turismo puede vivir, pues recorrer los recónditos rincones de nuestro país nos hace más tolerantes y nos abre las puertas a convivir con los demás y además conocer infinitas historias de vida en lo pluricultural de nuestro país.
Para finalizar, me dirijo a aquel estudiante de Turismo que piensa aprenderlo todo de forma teórica en las cuatro paredes de un aula universitaria, le persuado a realizar lo mismo que Francisco Muñoz de Escalona cita con sabiduría y escribe en su obra:
Al escultor francés Augusto Rodin le preguntaron un día donde comprendió la escultura. Respondió con estas palabras inesperadas: “en los bosques, mirando los árboles, en los caminos, observando la construcción de las nubes, en el taller, observando el modelo. En todas partes excepto en las escuelas”.
Si a mí me preguntaran cómo he llegado a mi visón personal del turismo, respondería: observando a los empresarios, inquiriendo a los consumidores, espiando a los vendedores, en definitiva, estudiando la conducta diaria de los agentes que intervienen en el mercado. En todas partes menos en la Universidad.
Yo le añadiría, en síntesis………. viajando.
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